Para echarse a llorar. Llevan más de tres años analizando esta técnica (dicen) en el Plan para Proteger a quién la utiliza porque le beneficia y le da la gana sin efectos secundarios que iniciaron los tristemente conocidos por ello Carcedo y Duque, ¡Menuda protección!. Redacción Médica la da por hecho como pseudocientífica antes que el gobierno sea capaz de salir del embrollo (el resto de Europa dice ¿de qué vais?) aunque ni uno ni la otra se aclaren de qué es eso de pseudociencia que únicamente atañe a lo no oficial (misterio). Luego como de costumbre hacen una lista también misteriosamente elaborada con el variopinto y conocido batiburrillo de técnicas y su evidencia -con-sin-ni con ni sin-que sí pero que no-que no es el caso-… más variopintas. Siguen en su incomprensible y esforzado empeño de dificultar la sanación con el dinero del contribuyente en lugar de utilizarlo para regular o apoyar o simplemente no dañar a las personas usuarias. Una especie de Medicina Basada en el Batiburrillo que tanto gusta a las grandes corporaciones tan generosas ellas con “los expertos TV”.
Al final vuelven a citar a “los expertos sanitarios” que no se sabe quienes son ni en qué son expertos (es seguro que en homeopatía no) que vienen a concluir que algo no daña, que no es eficaz y que sí daña. ¡Qué lío!.