Contradicciones que permanecen en el tiempo durante años, medicamentos que no funcionan pero se mantiene su prescripción y venta, medicamentos que no demuestran suficientes efectos en ensayos pero con personas a las que les funciona, autorizaciones dadas demasiado rápido, estudios de interpretación complicada, precios desorbitados, un importante tanto por ciento de los numerosos medicamentos que continuamente aparecen al poco tiempo desaparecen con los posibles daños generados que se intentará caigan en el olvido, medicamentos concretos para afecciones concretas con importantes efectos secundarios y sin explorar ni permitir productos y tratamientos menos concretos pero con posibles beneficios y sin esos efectos secundarios… Hay que cambiar drásticamente la arquitectura sanitaria actual que no tiene ni pies ni cabeza al estar controlada y dirigida por intereses privados al servicio del máximo interés económico y sin que la gente pueda decir ni una palabra. Aquí un ejemplo:
Revocar la venta de un fármaco porque no hace nada: el extraño caso del Ocaliva que confunde a los médicos