Han hecho falta nada más ni nada menos que cinco años para que El Constitucional estime parcialmente sobre derechos violados tantas veces estos últimos años pandémicos como la integridad física, pues implica, entre otras graves cuestiones, el impedimento de trabajar para ganarte la vida. La impunidad hasta ahora no ha sido solo en España únicamente donde dirigentes políticos lo pedían “por lo civil o militar” sin pudor alguno, en Francia por ejemplo Macron declaraba públicamente querer “joder” a los no vacunados “hasta el final”. Derechos fundamentales, aislamiento, cuarentena, vacunación, cribado… impuestos por decreto ley. La concurrencia por libertad de movimiento equiparada a reunión para poder impedirla.
En la actualidad no dejan de salir continuamente informaciones sobre los despropósitos impuestos en pandemia que tanto daño hicieron, hacen y por desgracia seguirán haciendo muchos años por su propia naturaleza en la salud física, mental y en esos derechos fundamentales que lejos de afianzarse y expandirse se han debilitado y reducido. Entre las curiosas paradojas de estos últimos tiempos recordar que el único partido que recurrió el decreto de Canarias hoy sentenciado llegó a pedir la obligatoriedad ¡para niños y niñas!, pero bueno no es tan raro que medidas absurdas provoquen absurdas decisiones.
El Constitucional dictamina que no se puede impedir por decreto el acceso a un puesto de trabajo por negarse a ser vacunado
Vox pidió imponer por ley la vacunación de niños justo antes de abonarse al escepticismo y defender la “libertad”