¡NO A LA GUERRA!

Las guerras son, ante todo, un gran negocio para unos pocos y mucho sufrimiento para una mayoría. Nunca fue ni será un método para la resolución de conflictos. Las últimas décadas están llenas de guerras prefabricadas a base de falsedades y manipulaciones.

No se paran las guerras con más guerra, ni la paz se construye preparando guerras. Cada guerra deja cicatrices que nunca acaban de sanar. Una guerra deja las semillas que alimentarán otras guerras. En las guerras se destruyen los principios y los valores y la dignidad de las palabras. Cuando la vida humana pierde su valor absoluto y llega la hora del gran negocio, se empieza con los titulares del miedo, que ayudan a abrir los bolsillos; el dinero corre a las fábricas que llenarán los arsenales; las conscripciones tendrán ocupada a la juventud, para que no piensen en la responsabilidad de sus padres y abuelos en la construcción de un mundo exhausto. Al final el terreno queda listo para la sangría, no hay mal que por bien no venga.

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